Del aprendizaje de la
cultura del aprendizaje
Parece que el
aparente deterioro del aprendizaje se relacione con la demanda de nuevos
conocimientos, saberes y destrezas planteadas a sus ciudadanos una sociedad con
ritmos de cambio muy acelerados. Dos mecanismos importantes:
Programación genéticaà
mecanismo muy eficaz, permitiendo desencadenar pautas conductuales, sin
disponer apenas de experiencia previa y con un alto valor de supervivencia
generando respuestas muy rígidas, incapaces de adaptarse a condiciones nuevas.
Aprendizaje
(mecanismo adaptativo)à modificar las pautas de conductas ante los cambios
que van ocurriendo en el ambiente. Es mucho más flexible siendo más adaptable a
largo plazo siendo más característico en las especies superiores las cuales se
enfrentan con más posibilidad a ambientes complejos y cambiantes. Una propiedad
adaptativa innata s los organismos y no a los sistemas mecánicos.
La capacidad de
aprendizaje es uno de los procesos de psicología humana más difíciles de
simular en los sistemas de inteligencia artificial.
Tanto la capacidad de
aprendizaje como el lenguaje, el humor, la ironía entre otros constituyen núcleo
central del acopio humano. Si esto no fuese así sería imposible la adaptación a
la cultura y su formación en sociedad.
Según Vygotski, las
funciones psicológicas superiores se generan en la cultura, nuestro aprendizaje
es fruto de nuestra genética tanto como de nuestra cultura.
Los cambios son
constantes por lo que se ha aprendido en anterioridad, en el presente ya es
antiguo y se esta aprendiendo algo nuevo, y este cambio también se produce en
su forma.
El aprendizaje va
evolucionando por lo que se asume que la forma de hacerlo también lo tendría
que hacer pero esto no ocurre con la misma facilidad.
No es solo la adaptación
de nuestras formas de aprender o enseñar por la exigencia de la sociedad sino
de modularlas en función de nuestros propios principios desde la base de
nuestro pensamiento del aprendizaje.
Una breve historia
cultural del aprendizaje
En un principio la función del aprendizaje era reproductiva,
siendo una repetición del producto cultural a través del paso del tiempo,
siendo esto un aprendizaje mal denominado memorístico por tradición oral.
Desde la Grecia y la Roma antigua, el aprendizaje
elemental era mucho más que el aprendizaje de la lectura y la escritura sino una
ampliación de capacidades en música o en gimnasia. Incluso aparecieron en Roma
las escuelas de ecuación superior (universidades) dónde se formaban a los
futuros pensantes de la época. Lo más importante para el aprendiz era imitar o
replicar los modelos de sus superiores.
Según se va
difundiendo, el conocimiento cada vez se descentraliza más perdiendo su fuente
de autoridad. La relación entre cultura impresa y consecuente secularización
del conocimiento, siendo está muy estrecha por lo que aparecen importantes
consecuencias para la cultura del aprendizaje.
Hacia una nueva
cultura del aprendizaje: la construcción del conocimiento
La concepción
tradicional del aprendizaje, no se debe solo al empuje de la investigación científica
y de las nuevas teorías psicológicas sino mucho más a la conjunción de diversos
cambios sociales, tecnológicos y culturales. La educación generalizada y una formación
permanente y masiva, por una saturación informativa producida por los nuevos
sistemas de producción, comunicación y conservación de la información, por un
conocimiento descentralizado y diversificado.
Da la sensación que el aprendizaje es cada vez
menor ya que se nos exige mucho más y bastante más complejo, tanto es así que
la distancia entre lo aprendido y lo que se debería aprender es mucho mayor de
lo que realmente pasa.
La sociedad del
aprendizaje
La interacción con
todo lo que nos rodea nos producen momentos para el aprendizaje incluso nuestro
período de ocio nos induce a un aprendizaje importante.
Anteriormente no
existió ninguna época que provocara tanto al aprendizaje constante, estando en
la sociedad del aprendizaje. El aprendizaje requiere una constante práctica y
esfuerzo, por lo que otro rasgo de la sociedad del aprendizaje es la
multiplicación de los contextos de aprendizaje y sus metas. También parece que
requiere una concepción múltiple, compleja e integradora, disponiendo de varios
sistemas de aprendizaje, siendo un producto de la filogénesis sin olvidar la
cultura.
No es causal que la
necesidad de “aprender a aprender” pero si lo es que sepamos adoptar
estrategias diversas para cada una de ellas. Si las situaciones del aprendizaje
fueran monotonas, siempre iguales a sí mismas, bastarían ciertas rutinas.
Las estrategias de
aprendizaje deben ser uno de los contenidos fundamentales de la educación básica
en las sociedades presentes y futuras. Y así será más fácil aprender cosas
distintas, esto significa que si hay que aprender a aprenderlas.
En muchos ámbitos el sistema de educación formal ha perdido
la primacía en la transmisión de información.
Según Pylyshyn, los
seres humanos somos auténticos informívoros. En las ciencias de la comunicación
se considera que la información es aquella que se reduce la incertidumbre de un
sistema. Tanto la predicción como el control son dos de las funciones
fundamentales del aprendizaje, incluso en los organismos más simples. Terminando
el exceso de información con un cierto aturdimiento del aprendiz.
La fragmentación de
la información está muy unida a la descentración del conocimiento, que
constituye uno de los rasgos más definitorios de la cultura del aprendizaje
actual.
La sociedad del
conocimiento (descentrado)
Frente a un saber absoluto, siendo
controlado por una autoridad central, las modernas sociedades industriales no
reducen sus mecanismos de control, sino que los multiplican.
La pérdida de la
certidumbre, la descentración del conocimiento, alcanza a casi todos las órdenes
de nuestra cultura.
Los rasgos de esta
nueva cultura del aprendizaje hacen que las formas tradicionales del
aprendizaje repetitivo tenga muchísima limitación. Esta cultura de aprendizaje
esta dirigida para reproducir saberes que se establecieron en anterioridad,
dando está paso a la comprensión, análisis crítico, y no sólo del consumo,
mediado y acelerado por la tecnología, de creencias y modos de hacerse fuera de
nosotros.